Nutrición: La ciencia de lo que comemos, la ciencia de la vida.

Operación bikini, operación post navideña, operación post verano… momentos clave del año donde las consultas de nutricionistas y gimnasios se llenan de gente intentando paliar los excesos y culpabilidad.

Dietas milagro, falsos mitos y “regímenes” asfixiantes han otorgado una concepción negativa y aleatoria a una de las disciplinas más importantes que conforman el espectro sanitario: la ciencia de todo lo que comemos.

A pesar de estas creencias populares, la nutrición es una de las disciplinas que más han evolucionado a lo largo de los últimos años de forma exponencial.

 

Resulta curioso como solo prestamos atención a nuestros hábitos alimentarios en estos momentos puntuales del año y como, la solución más habitual es centrar nuestros esfuerzos en realizar dietas imposibles e incluso dañinas para la salud sin parar a reflexionar ni un minuto acerca de cuál ha sido nuestra alimentación a lo largo del último año.

 

Realizamos un mínimo de tres comidas al día, durante 7 días a la semana, los 365 días al año, y en lugar de hacer análisis de conciencia y del plato que servimos cada día en nuestra mesa preferimos acatar pautas imposibles a mejorar nuestros hábitos diarios y conseguir unos hábitos duraderos y que se adapten a nuestra realidad. ¿Por qué?

 

Dietas milagros, dietas détox, dietas sacadas de un cajón … todas tienen el mismo atractivo: la pérdida de peso rápida. Sin embargo, todas ellas terminan siempre con la misma inercia que se repite año tras años donde el que consigue perder peso termina por recuperarlo o el que ni siquiera es capaz de seguir las pautas de la dieta.

 

Entonces… ¿Cómo pierdo el peso sin recuperarlo y sin morir en el intento?

Sorprendentemente se puede, y de hecho comiendo más de lo que se come en cualquiera de este tipo de dietas.

Un buen plan en nutrición no es aquel que permite perder 10 kilos en un mes con una dieta sacada de un cajón, es aquel que precisa de toda la información que el paciente pueda dar, porque el objetivo del profesional es el de ayudar a llegar al objetivo trazando un plan que respete gustos y preferencias, así como horarios y estilos de vida, adaptándose al máximo a la persona que tiene delante y velando siempre por su salud.

Cualquier planificación precisa de diferentes niveles de objetivos y si bien el objetivo inmediato de la visita a un nutricionista es el de conseguir un determinado peso, es necesario no perder de vista que el objetivo final es adquirir hábitos que puedan mantenerse a lo largo del tiempo de forma autónoma.

Estar en el peso adecuado es algo importante pero la verdadera utilidad de la nutrición radica en aprender a montar el plato que vamos a comernos cada día.

En la siguiente entrega os hablaremos sobre cómo se diseña un plan nutricional a nuestra medida.

 

María Pérez Pont – Dandelion Salud 

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