La estabilidad y equilibrio son un factor de desarrollo fundamental en cualquier programa de entrenamiento personal o rehabilitación.
Un buen tono no solo implica un desarrollo de la masa muscular, sino también un tejido funcional y de calidad que es capaz de llevar a cabo de forma eficiente la misión que tiene encomendada. Es decir, es capaz mantener nuestro cuerpo erguido, andar, levantar los brazos o poder agacharme de forma eficaz.
Una estabilidad óptima es uno de los mejores factores para prevenir lesiones y aumentar nuestra calidad de vida. Al fin y al cabo “poder moverme mejor y más fácil” es un objetivo que parece sencillo, incluso “tonto”, pero nada más lejos de la realidad: ya sea por salud o por rendimiento deportivo es una fuente inagotable de bienestar.
¿Qué implica la estabilidad? Un movimiento eficiente para prevenir dolores en la edad adulta, un correcto desarrollo neuromotriz de niño, un factor fundamental en la prevención de caídas en la madurez y un factor diferencial de rendimiento en el deporte.
Aunque es uno de los principales, no solo del core viven la estabilidad y el equilibrio, una buena coordinación (en todas sus variables) y neuromotricidad son fundamentales en el desarrollo de nuestros programas.
Un programa de entrenamiento de calidad y un poco de tiempo es toda la inversión que necesitas para el mayor objetivo de nuestras vidas: vivir mejor.
