La frustración puede aparecer al inicio del BLW tanto en los niños como en los adultos.
En el caso de los pequeños, al principio puede costarles la coordinación, el hecho de coger y acercar la comida a la boca.También puede pasar que les cueste gestionar la cantidad de comida que se meten en la boca y no saben bien cómo resolver la situación.
En cuanto a los padres, pueden verse agobiados por el tiempo que se requiere, por la limpieza, por la falta de apoyo del entorno o porque resulta frustrante ver como tiran la comida al suelo y apenas la ingieren. En ocasiones el miedo a que puedan atragantarse también puede jugarles una mala pasada.
Lo más importante es mantener la calma y acompañarlos en el proceso. No hay que olvidar que es un proceso de aprendizaje no una necesidad vital. Su principal fuente de alimento es la leche, es un momento de disfrutar juntos, de experimentar, probar la comida y fomentar su independencia y autonomía.
María Pérez Pont – Nutricionista
Dandelion Salud Alicante