«Cuando mi suelo pélvico me habla» ¿Qué deberíamos saber?

En realidad cuando hoy día hablamos de suelo pélvico en la calle, hay muchas personas que ya han oído el concepto pero hay muy pocas que realmente sepan de qué estamos hablando. En cambio cuando se habla del absorbente «discreto», que se utiliza para las pérdidas de orina en mujer joven y madura, casi todo el mundo sabe muy bien de que se está hablando e incluso conocen las diferentes marcas comerciales que se ofrecen en el mercado. Además casi todos nosotros realizamos ejercicio y dieta saludable con el fin de cuidarnos para conseguir una vida no sólo más longeva, sino con mayor calidad.

Perseguimos nuestro bienestar, perseguimos envejecer en mejores condiciones que nuestros antepasados. Al fin y al cabo trabajamos en la prevención de la enfermedad para gozar más tiempo de mejor salud. Para eso tenemos el bombardeo informativo en redes y no redes, para estar actualizados en lo último en cuidados de salud. ¿ O no es así?

Pues bien, en este movimiento constante y en esta era de la información en la que vivimos, me resulta muy, pero que muy chocante, que las pérdidas de orina, sobre todo en las mujeres, sean todavía un tabú y, lo que es peor, que se consideren normales y se haga más bien poco para prevenirlas.

Envejecer es normal y deseable, pero tener pérdidas de orinas en edades tempranas y no tan tempranas, señores y señoras, no es normal, ni siquiera porque salgan personas famosas anunciando en la televisión, absorventes «discretos» para las pérdidas de orina.

Me parece una falta de respeto hacia las personas que en un momento de su vida han perdido la capacidad de ser continentes. Entre otros males que afectan a nuestro desdeñado suelo pélvico, como son los dolores en las relaciones sexuales, las caidas de la vejiga y la matriz, el dolor crónico, hay otro mucho peor aún que es la desinformación. Todos estos problemas de salud, aunque estén en la sombra, se encuentran a la orden del día. Quizás porque llevo once años dedicándome desde la fisioterapia uroginecológica a ayudar a las personas, que se ven afectadas por estos problemas, no puedo tirar la toalla y me empeño en seguir luchando para que toda mujer y todo hombre esté informado de que estos problemas, lejos de ser normales, tienen solución o incluso pueden evitarse.

La solución debería estar al alcance de todo el mundo independientemente de su situación socioeconómica, puesto que son tratamientos nada prohibitivos, que podría asumir cualquier institución pública que se digne a ofrecer prevención y tratamiento. En cambio desde la asistencia privada, no todas la personas afectadas tienen acceso o se lo pueden permitir.

Me reitero en la idea de que de la misma forma que cuido mi cuerpo, con la actividad física y la dieta, no olvidemos que mi suelo pélvico es parte de mi cuerpo, y una parte muy importante, puesto que me protege de que mis vísceras y órganos tengan problemas.

Por lo tanto concluyo lanzando el mensaje de que cuando mi suelo pélvico habla, ya es tarde para no escucharlo, puesto que con el tiempo acabará gritando. Pero si no sé qué decirle y cómo ayudarle, no le demos un triste absorbente para acallarlo. Busquemos solución para mejorar nuestro estado. Yo, como mujer, madre de tres hijos y profesional de la salud desde la asistencia clínica y la docencia universitaria sigo educando en salud y luchando para que se conozca nuestro suelo pélvico.

Digo no a los absorbentes por norma y digo sí a la prevención.

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