“No te vayas con el estómago vacío al colegio que el desayuno es la comida más importante del día”
Desde niños, nos han taladrado con esta afirmación, hasta el punto de convertirse en una de las mayores “verdades” en nutrición. Todos lo hemos oído alguna vez, muchos padres se torturan porque sus hijos no desayunan pero ¿Cuánto tiene de verdad?
Pongamos que una persona desayuna tostadas con huevos revueltos con tomate y aguacate o batido de frutas con yogur y frutos secos o copos de avena con leche. Todos coincidiríamos en que es una persona que desayuna de forma saludable. Pero, y si esta persona consume pocas verduras, come fuera de casa 2 días a la semana por trabajo, bebe al menos 1 refresco o una cerveza al día y cena fritos un par de veces a la semana por falta de tiempo.
Por otro lado, pongamos que una persona no desayuna, pero almuerza fruta o tostada con tomate y aceite, no consume alcohol aunque si algún refresco, toma verduras en todas las comidas, y solo consume fritos y alimentos procesados de forma ocasional (1 o 2 veces al mes).
¿Quién lleva mejor alimentación el primero o el segundo?
Si dejamos el desayuno fuera de la ecuación, coincidiríamos en que el segundo tiene mejores hábitos alimentarios, come más verduras, no consume alcohol y consume menos alimentos fritos y procesados. ¿Y si contamos el desayuno? El resultado sigue siendo el mismo, porque a pesar de que el primero realiza un desayuno de buena calidad, en el resto de las comidas faltan frutas y verduras y sobre todo sobran hábitos que repercuten de forman negativa en el organismo.
Por otro lado, en el segundo caso no desayunar no tiene ningún efecto negativo en su día a día. Son casos ficticios y la realidad suele ser menos extremista (sobre todo teniendo en cuenta que las personas con malos hábitos suelen extenderlos al desayuno también) pero el objetivo del ejemplo es ilustrar que lo importante no es una comida en sí, sino el conjunto de lo que ingerimos.
¿Y si el segundo, además de comer bien, desayunara lo mismo que el primero? ¿Sería mejor o peor?
Sería lo mismo; desayunar no es mejor ni peor en sí, depende como el resto de comidas lo que ingerimos en él. No desayunar si no tienes hambre al levantarte, te da angustia o simplemente no quieres no va a afectar negativamente a tu salud, por otro lado, desayunar porque te levantas con hambre o porque te ayuda a crear una rutina de comidas es igual de saludable siempre y cuando elijamos buenas opciones.
En resumen, el desayuno es una comida importante pero no imprescindible. Es una comida importante para preocuparte por lo que comes y elegir la opción más saludable. También es una buena oportunidad para crear una rutina de comidas si es lo que necesitas. Pero en ningún caso, es la comida más importante del día y desayunar bien no anula ni te protege de lo que comas el resto del día.
María Pérez – Nutricionista
Dandelion Salud Alicante
