Durante el embarazo, se produce un aumento mayor del volumen plasmático que de la cantidad de eritrocito. Es decir, la concentración de eritrocitos en sangre disminuye provocando también el descenso en la concentración de hemoglobina.
Además, el hierro se utiliza no solo para transferirlo de la madre al bebé sino también para la placenta, para compensar las pérdidas de sangre durante el parto por lo que las necesidades de hierro aumentan en 50%.
Esta subida no se produce de forma uniforme a lo largo de la gestación, sino que aumenta desde 0,8 mg/día en el primer trimestre hasta llegar a los 6,3 mg/día en el tercero.
¿Dónde encontramos el hierro?
Marisco, frutos secos y semillas, yema de huevo, carnes rojas…
Recuerda que la vitamina C favorece la absorción del hierro.
María Pérez – Dandelion Salud Alicante
Nutricionista especializada en embarazo e infantil