¿Es malo correr para mi suelo pélvico?

La actividad y el ejercicio físico son esenciales para el mantenimiento de una buena salud. Realizar ejercicio aeróbico y constante a lo largo de la semana nos ayuda a controlar la aparición de hipertensión arterial, colesterol, obesidad, y nos ayuda a mantener los niveles de glucosa adecuados en nuestra sangre. También nos ayuda a mejorar nuestro estado de ánimo. En definitiva, aporta beneficios a nuestra salud claramente demostrados.

Pero si hablamos de correr hay que tener en cuenta que a pesar de ser como cualquier otro ejercicio aeróbico del tipo montar en bici, subir y bajar escaleras o utilizar las máquinas elípticas en el gimnasio, la diferencia es que correr supone un aumento de presión en nuestro abdomen. El suelo pélvico, al encontrarse debajo, recibe directamente todas estas presiones e impactos. Está demostrado científicamente que el suelo pélvico de la mujer deportista puede ser más fuerte que la mujer no deportista, pero en cambio su vejiga y uretra (conducto por el que sale la orina), se mueve más de lo normal, por lo que la pérdida de orina al realizar el deporte es mucho más frecuente e incontrolable por lo que la orina va saliendo como si fuese por un tobogán mientras se realiza el gesto deportivo. Además, la vejiga y la matriz pueden descolgarse.

Entonces, ¿qué factores hay que tener en cuenta si eres corredora o vas a empezar a correr?

En primer lugar, si te encanta correr y te libera no te plantees dejarlo por tener pérdidas de orina. La frecuencia y la intensidad a la que se realice la actividad será importante. No es lo mismo correr tres días a la semana durante media hora, a un ritmo suave, que correr 5 días a la semana durante una hora y a un ritmo más fuerte. No es lo mismo correr 12 kilómetros a la semana que correr 80. Tampoco es lo mismo correr por montaña que por asfalto. Así como tampoco es lo mismo ser deportista de élite que deportista amateur. Otro de los factores a tener en cuenta es la genética pura y dura; si en casa tienes antecedentes de pérdidas de orina, es posible que tus tejidos hayan heredado esta cualidad. El embarazo por si solo debilita los músculos del suelo pélvico, por tanto, tras un parto habrá que tener cuidado.

¿Qué debo de tener en cuenta si soy corredora?

Debo se saber el estado de mi suelo pélvico. Para ello puedes acudir a un fisioterapeuta especializado que te realizará una prueba de esfuerzo específica para tu suelo pélvico, en la que te valorará la fuerza y la resistencia que tienes. Según la intensidad y el tiempo que corras, y si no tienes pérdidas de orina, se te pautará un entrenamiento de refuerzo de manera individualizada para potenciar la zona de la pelvis, incluida los músculos del suelo pélvico.

Si tienes pérdidas de orina debes de acudir a una rehabilitación específica e intensiva de esta zona, y posiblemente durante algún tiempo tengas que bajar la carga de entrenamiento realizando trabajo en máquina elíptica, por ejemplo, hasta que vaya mejorando esta situación. Además, debes saber que si se ha producido un descenso de alguna de tus vísceras cómo la vejiga, el recto o la matriz, deberás de acudir a un médico especialista para valorar el grado de caída.

Una de las formas de liberar nuestra mente es salir a correr, por tanto, no dejes de correr, pero hazlo de forma saludable. «Mens sana in corpore sano».

 

Mª Ángeles Sirvent – Fisioterapeuta especializada

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