Ayer, en un artículo de “El mundo” saltaba a la palestra por enésima vez el eterno debate entre la lactancia materna y la leche de fórmula.
En primer lugar, el título en sí ya me parece desacertado ya que no se trata de ninguna batalla sino de una elección, muy legítima cualquiera de ellas, de cada madre.
A pesar de que el artículo, comienza con la premisa de “La decisión de dar o no el pecho es una elección de la mujer y debe ser respetada” termina señalando la opción de la leche de formula como un símbolo de feminismo mientras que la lactancia materna se llega a comparar con métodos de tortura y se engloba en una especie pack vital definido como “un indicador de feminismo, de un estilo de vida hipster que incluya el yoga, los alimentos ecológicos, el vegetarianismo o el veganismo. Es como una señal de clase”
Vamos a ver, cada madre es muy libre de elegir la opción que prefiera y nadie, profesional sanitario o no, tiene derecho a juzgar esa elección. No te hace mejor madre una cosa u otra, lo que sí que es cierto es que nuestra obligación como profesionales es dar toda la información para que las madres puedan elegir libremente y la leche materna es mejor que la leche de fórmula.
¿Pasa algo si el bebé toma leche de fórmula? No ¿Es igual que tomar leche materna? Pues tampoco.
Si bien es cierto que el artículo señala que hemos logrado romper un tabú con los biberones y reducir la presión sobre las madres para que den el pecho, que es un gran logro y era totalmente necesario, nuestra experiencia profesional con las madres nos han demostrado mucha más presión por que les den el biberón que por la leche materna.
«- Mi bebé no se agarran bien y me duele cuando succiona
- No te preocupes, dale el biberón y ya está.
-Pero yo quiero dar el pecho
-No es necesario, con el biberón te ahorras el problema »
“- Me he sacado el calostro, para que se lo deis en el biberón aunque no pueda dar el pecho.
Eso no vale para nada, le damos el biberón y ya está.»
Estas, son algunas de las situaciones que nos hemos encontrado, madres que quieren dar el pecho aunque les suponga más “problema” pero es su decisión y la obligación del personal sanitario ayudarlas en todo lo que puedan para que lo consigan siempre que no vaya contra su salud.
No es concebible, que se deseche el calostro que una madre se ha extraído con toda la ilusión porque sabe que es bueno para su bebé, tampoco lo es, el no ayudar a una madre en un proceso de relactación porque total, el bebé ya está tomando biberón, ni aprovechar el hecho de que una madre esté exhausta tras una cesárea para introducir la leche de fórmula cuando las madres han dejado claro que no es el camino que han elegido.
Del mismo modo, no es reprochable que una madre decida que quiere dar biberón porque quiere poder turnarse con su pareja, porque no quiere extraerse la leche, porque quiere incorporarse a trabajar o simplemente porque no quiere dar el pecho.
Cada una es libre de elegir su maternidad sin sentirse juzgada ni culpable por ello.
María Pérez – Nutricionista
Dandelion Salud Alicante
