El caos de las cenas

“Yo intento comer bien, pero llega la cena y se me va de las manos” ¿Te sientes identificado con esta frase? Es el caso de mas del 50% de las personas que acuden a consulta.

Debido al ritmo de vida estresante que llevamos, las cenas se han convertido en un limbo nutricional. Es el momento de desconectar, ese ratito que tienes para disfrutar del día, de tu soledad, de tu pareja, de tu familia o de tus amigos… ese momento donde no te apetece cocinar, donde quieres coger lo primero que pillas al llegar a casa y tirarte al sofá, donde medir la calidad de los que comes esta de más. Luego, aparecen los remordimientos.

Sabemos que controlar estas ingestas no resulta sencillo a causa del estrés y la ansiedad que nos genera el día a día, por eso, queremos darte algunos consejos:

  1. Planifica la cena en la medida de lo posible

Llegar a casa sin saber lo que vas a cenar, sin saber lo que tienes en la nevera y agotado de todo el día es con seguridad una de las peores ideas. Por eso, debes intentar planificar tus cenas, puedes hacerlo el fin de semana o bien el día anterior. Esto te permitirá diseñar cenas mucho más saludables, además de ahorrar ya que tendrás que ver que tienes en la nevera y evitará que tengas alimentos por no consumirlos a tiempo.

  1. Piensa siempre en cosas sencillas o que ya tengas hechas

Cocinar no implica que estés dos horas en la cocina, tira de alimentos a la plancha, tortillas o revueltos, verduras congeladas o legumbres ya cocidas como garbanzos, habas, habichuelas… O bien aprovecha cuando hagas comidas más elaboradas para reservar un táper, de esa manera solo tendrás que calentarlo cuando llegue la hora de la cena.

  1. Pica cosas saludables

Si tu problema es que cuando llegas a casa te comerías hasta las piedras, prepárate un plato con fruta cortada, o consume un puñado de frutos secos crudos (almendras, avellanas, nueces…). Tambíen puedes preparar una tostada pequeña con tomate, aguacate o hummus.

  1. No compres productos que no son saludables

“Si lo tengo en casa me lo como”, ese es un problema del 100% de las personas que pisan una consulta de nutrición. De manera que, llena tu despensa de frutas, verduras, frutos secos, legumbres y vacíala de galletas, snacks, patatas de bolsa…porque si no las tienes en casa, no podrás comerlas.

Es importante entender que un cambio de hábitos es algo de forma progresiva, y en ocasiones hay rutinas que son especialmente difíciles de eliminar debido a que se producen más por ansiedad que por hambre. Por ello, es importante concienciarnos cuanto antes y generar esos cambios poco a poco, sin desesperar y sin perder de vista el auténtico objetivo: La salud.

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